Este espacio tiene el objetivo de ser un lugar en donde la critica pueda existir. Vinculado a la historia, las ciencias sociales y los estudios culturales, estas voces que han permanecido ausente por la invisibilización de los campos intelectuales de poder, y la subjetividad de los que dicen contener el "conocimiento científico", han querido emerger desde el nicho de la marginalidad, siendo un volcan que ebulle para dar luces de su pensamiento.

sábado, 9 de octubre de 2010

Cuerpo y comunión: acerca de la situación mapuche.

"Llega el momento en efecto de escribir y de pensar este cuerpo
en el alejamiento infinito que lo hace nuestro, que nos hace venir
de más lejos que todos nuestros pensamientos: 
el cuerpo expuesto de la  población del mundo".
Jean-Luc Nancy. Corpus.


Esta apreciación y reflexión pretende continuar con las establecidas anteriormente (por Gladys, Edgardo), acerca del lugar de la cuestión mapuche; pretende contribuir a su debate. Perspectiva polémica, que es capaz de convocar y trastocar a la sociedad chilena: si es así, ¿porqué sucede tal fenómeno?, y a la vez, ¿cuales son recursos para hacerlo? En toda su amplitud, corresponde descartar de plano la difusión de la prensa televisiva, como respuesta insidiosa de una capciosa responsabilidad -esto debido a que, tal medio de comunicación masivo, se encuentra en otro debate, ya sea, por su credibilidad, representación y edición de corpus de información in-pertinente. Tampoco se puede atender a la nación chilena, ya que, no parece una especie de "solidaridad entre naciones" o, "inter-nacional". Lo que queda, es la cultura y un idioma, empero, de una siniestra regularidad y normalidad; de todos modos, apelando a estas alternativas, deberíamos considerar "un cultura y un idioma" tanto "chileno" como "mapuche", es decir, se necesitan de ambas partes para tal convocatoria. En eso mismo, se aspira apelando desde la "cultura" y el "lugar", para hacer difusión de la situación mapuche; se apela entre dos puntos que deconstruyen el territorio nacional, no obstante, convocan la existencia de una comunión. Continuando así, sería entonces, el lugar de la comunión. En tanto, ¿que es lo que conmuta (o reúne) la situación mapuche?, ¿que los hace cultura mapuche?, se podría decir que "una serie de prácticas tradicionales y repetitivas en el tiempo, que se realizan por un determinado grupo o comunidad. De esta manera, se traslada la situación, inevitablemente, al campo histórico, pero, ¿la historia de nosotros, o la de ellos (otros)? Se acaban los recursos   frente a la convocatoria. Se podría decir, que la situación es política, y así es; no obstante, los diálogos de esta índole se han truncado reiteradamente, y no satisface en plenitud las reivindicaciones mapuches -y para que hablar del recurso económico, que (no) está descartado de plano, antes de todo discurso. Por tanto, las alternativas se reducen hasta lo que ellos mismos han decidido como su último recurso: el cuerpo. Le han quitado todo, que lo único que les queda es luchar con su cuerpo. 
Al parecer, no existen medios para reivindicaciones tan profundas, en este caso, el cuerpo no es un medio; se entiende más bien, como una arma, y como tal, enfrenta a la muerte. La huelga de hambre llevada a cabo por comuneros mapuches, es parte de esta estrategia; es libertad de expresión en su máxima plenitud, lamentablemente, transformada como una actitud política. Y damos cuenta de otra expropiación, la muerte de  sus propios cuerpos no les pertenecen. Es la muerte de otro para otro. No es la muerte por una causa que posee un eterno litigio, es más bien una muerte para otros. Si lo que une -y hace comunidad mapuche- es la serie de prácticas propias, la muerte sería una de ellas. Un gobierno que dice ejercer "Estado de Derecho" en Chile ¿permitiría esta práctica constante?, tal vez lo que uno a los mapuches sea la muerte de sus dioses en manos occidentales, o tal vez, la familia mapuche. Y en esto mismo, ¿tienen cuerpo tanto la familia como los dioses mapuches?; más bien, tienen representaciones. Sin silogismo ni lógicas, la relación de los cuerpos no los establece ni un lugar, ni un territorio, ni una economía, ni una política, ni una historia -ni sus plurales, ni nada que pretenda sostener su actitud; solo su cuerpo. Eso que algunos físicos dicen que tiene "peso" y "volumen", pero que en estos instantes no representa ni uno ni lo otro, ni menos su forma metafórica. No hay un "hay", es decir, dis-locación del cuerpo, des-territorialización del cuerpo. Se podría hablar de una identificación con el cuerpo; eso podría ser. El resto de la comunidad mapuche solidariza con los comuneros, quienes exponen sus cuerpos y vidas a la muerte; se identifican con la actitud del cuerpo, pero nunca con el cuerpo mismo. 
En tanto, lo que queda es la muerte: por política, por historia, por economía, por sociedad, por Estado. Lo que queda es lo figurativo; el mártir, el héroe. El resto sigue por lucha, por cadáver, por nada. El acuerdo, se mantiene en des-acuerdo, en litigio y enfrentamiento: en partes. En seres humanos capaz de no ser como tal, lo que indica, perversión y represión. Violencias y crudezas, que deben la lógica de repetirse, por sus ancestros, por sus pasados. 

Diego Pérez Pezoa.

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